El sábado nos juntamos en casa de Adrián para festejar su cumple. En cierto momento nos sentamos afuera, haciendo la sobremesa.
Los grandes, es decir, de 30 para arriba, charlábamos y bromeábamos.
Los menores de 20 estaban sentados al lado de nosotros pero desnucados sobre sus celus.
Las dos primitas, de 11 y 5, jugaban muy entretenidas con una pelota de básquet desinflada.
En estas reuniones, los familiares médicos siempre son consultados sobre dolorcitos acá o allá y los abogados sobre algún problemita con tal o cual situación.
A mi me agarran por el lado de la tecnología: «a la compu o al celu le pasa ésto o aquello».
No recuerdo Qué o A quién contesté algo sobre su celu cuando se me ocurre preguntarle sarcásticamente a Solcito (11), que se había sentado cerca, por qué no estaba jugando con su celular y me dijo «no anda…» con una carita de resignación que me conmovió.
¡¡Qué error el mío!!.
Le dije «A veeeerr…» y se lo arreglé en menos de 1 minuto. Todo un récord para un gran desacierto.
¡¡Estaba chocha!! Empezaron a entrar atolondradamente los whatsappeos y se olvidó de la primita de 5 años. Nare se le acercó como diciendo «¡¡Dale… sigamos!!» pero yo la había desenfocado del juego que la había entretenido hasta unos minutos antes.
Entonces, la llamo a Nare y le digo » Vení… le vamos a mandar unos whatapps a Sol para invitarla a jugar» y empezó a presionar letras sin sentido (sdhdskdsalkhkkjklsry) en mi celular y se las enviábamos a la prima con el fin de llamarle la atención. Por ahí, Solcita se reía y nos decía «ya váaaaa» pero seguía ensimismada con los otros contactos y a nosotros no nos llevaba el apunte.
Insistimos más con otros mensajitos pero, esta vez, le enseñé a Nare a enviar las caritas que ella elegía de la variada lista de opciones que tiene el Whatapps.
Ella las presionaba y miraba a su prima: «dsnbncurksirsjd 😀 🙂 » mientras se sonreía.
Más o menos significaba «dale Sol… dejá eso y vamos a seguir jugando como recién… querés?» (creo…)
Enviamos unos 10 mensajitos más cuando, cansada seguro de los molestos del Tío y la Primita, Solcita bajó su celu, la miró a Nare y le dijo «Vení…».
Nare se fue a su lado y Sol le preguntó «¿Qué querés que hagamos?»
Nare señaló con su dedito la pantalla del celu de Sol y le dijo «¡¡pongamos caritas!!»
La arruiné…
Metí la pata 2 veces en menos de 15 minutos…
¡¡Que Tío de porquería!!
Así se arruina la diversión de 2 primitas
20/04/2014 por Silvio Bracamonte
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